lunes, 20 de julio de 2015

Trayectorias divergentes




Los nacionalismos vasco y catalán, que siempre se han mirado atentamente y en innumerables ocasiones han compartido estrategias, experimentan una creciente divergencia de planteamientos, inversa a sus respectivas posiciones originarias.

Me explico. El nacionalismo vasco tuvo en su raíz un marcado componente anti-español, incompatible con cualquier relación con las instituciones estatales. A la soberanía española, contraponía una soberanía propia que hacía muy difícil un acomodo basado en la mutua transacción. Tuvo que pasar más de una década desde la muerte de su fundador, Sabino Arana Goiri, para que el PNV aceptase enviar sus diputados a las Cortes españolas. En la Segunda República, tras la primitiva estrategia de confrontación contra ella, José Antonio Aguirre recondujo a su partido a la colaboración con el gobierno del Frente Popular, logrando el primer Estatuto de Autonomía para el País Vasco de la historia. En la transición democrática, sus atávicos recelos impidieron al partido jelkide apoyar la Constitución de 1978 y ese errático peregrinar tuvo su máxima expresión con Juan José Ibarretxe. Ahora en cambio, tras lograr las mayores cotas de poder debido a su moderación, se muestra decidido a ser influyente en España.

El nacionalismo catalán nació con el propósito de convertirse en la vanguardia directora de España, tal como la burguesía del Piamonte había sido en la unificación italiana. Tal propósito se resumía en la frase Per Catalunya i l'Espanya gran, el lema de la Lliga Regionalista. Tras el franquismo, la burguesía catalana contribuyó de una manera decisiva en la instauración de la democracia actual. Todo eso cambio, cuando esa misma burguesía se vio desplazada del poder por un tripartito de izquierdas y Artur Mas decidió la desconexión de España. 

Trayectorias divergentes de los dos nacionalismos peninsulares más importantes, tras el español, cuando lo más beneficioso para todos todos los ciudadanos sería la colaboración entre ellos, sin que nadie tenga que renunciar a su sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario