martes, 26 de septiembre de 2017

No despierten a la fiera

Una de los dogmas de los nacionalismos periféricos más consolidado en sus conceptualizaciones es la inexistencia de la nación española. Solo existe un Estado español, que es una jaula de las verdaderas naciones: Cataluña, Euskadi, etc. Pero, España como nación es una quimera.

La crisis que se vive en Cataluña vuelve a mostrar la falsedad de tal aserto. Vean, si no, la explosión nacionalista española que se está viviendo en múltiples puntos de la geografía, incluida Cataluña.

Dirán ustedes que se trata en muchos casos de un nacionalismo reaccionario, atendiendo a que en múltiples ocasiones se enarbolan banderas preconstitucionales. Es cierto, pero no por ello deja de ser un síntoma de que se desespereza.

Analicen el caso de Huelva, donde los guardias civiles enviados a Cataluña han sido despedidos en loor de multitudes, con gritos de ¡A por ellos!. O en Sevilla, incluidos los proferidos por una dotación de escolares con uniformes y todo.

No. Mejor, que no se engañe nadie, que las anteojeras ideológicas no impidan ver. Y, sobre todo, no despierten a la fiera. La última vez fue terrible.

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