sábado, 30 de septiembre de 2017

Pena

Esta mañana, bien pronto, he paseado por las calles de Madrid. La sensación de vacío, de vías sin gentes, hacía aún más llamativo el número de banderas bicolores que colocadas en ventanas y terrazas manifestaban un sentimiento.

Si hubiera paseado por Barcelona hubiera sido parecido, pero con otra bandera, aunque de colores iguales y origen idéntico. Expresión, asimismo, de algo no racional.

Y me he acordado de las fotografías que reflejaban la realidad que se vivió en la República con profusión de banderas ondeando al aire. Era la época de los nacionalismos. Y ya sabemos como acabó aquello.

Y cuando las calles se han empezado a llenar de gentes, he visto gente muy joven, incluso niños. Y no he podido dejar de sentir una profunda pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario