jueves, 5 de julio de 2018

Fiasco

Ha sido un fiasco. Esa es la mejor expresión para definir la maniobra del gobierno para instalar a la nueva cúpula de RTVE, reproduciendo el error común de los últimos cuarenta años, salvo la excepción que más tarde analizaré.

El hecho de que los nuevos directivos del mayor ente público de comunicación de España no cuenten con el respaldo de dos de los grupos más relevantes de las Cortes, el PP y Ciudadanos, solo se puede calificar de fiasco, cuando no de escasamente democrático, ya que ignora al 45,655 de los votantes de las últimas elecciones generales.

El gobierno de Pedro Sánchez no solo ha relegado el concurso de méritos que aprobó el Congreso como iniciativa que acabase con la práctica común de la sempiterna imposición del candidato de la Moncloa y priorizara la búsqueda de prestigiosos profesionales, sino que ni siquiera ha logrado una amplia mayoría que respaldase al candidato de Sánchez. Al menos, durante la época de Rodríguez Zapatero, tal extremo se respetó, logrando ofrecer los mejores años conocidos de la televisión pública nacional de todos los españoles.

Un fiasco.

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