jueves, 23 de febrero de 2012

Razones para abandonar Afganistán

Hace más de diez años, Estados Unidos, scundado por muchos países occidentales, iniciaron una guerra en Afganistán como represalia a los ataques terroristas del 11-S.Tras una aparente victoria, la situación ha ido empeorando progresivamente hasta hacerla insostenible en el presente. En numerosas zonas del país los talibanes han vuelto a hacerse con el poder, reduciendo a poco mas de Kabul el poder del presidente Karzai, colocado por Occidente.  La destrucción de las pocas estructuras del Estado afgano es un hecho, mientras aumenta imparable la producción de opio que inunda los mercados ilegales de la droga por todo el mundo. Hoy en día Afganistán es el primer proveedor de esta sustancia del mundo. 2.900 soldados de los diferentes ejércitos han fallecido, 34 de ellos españoles, cifra que aumenta a 98 si incluimos, como debemos, los fallecidos en el accidente aéreo del Yak 42 en Trebisonda. Un país formado por cinco etnias diferentes, con dos lenguas oficiales y al menos otras dos hablados por un diez por ciento de la población y con una única religión, el Islam, pero desgarrado también por las diferencias de sunníes y chiíes, es un avispero, que patean nuestros ejércitos desde hace diez años. A veces lo hacen involuntariamente, como ahora, cuando sin prestar atención se han quemado ejemplares sobrantes del Corán en la base de Bragam. Pese a la petición de perdón, las protestas airadas se suceden por todo el paìs, desestabilizándolo aun más. Probablemente, los responsables de la destrucción de esos libros, no saben que para un musulmàn el Corán es la palabra de Dios, la reproducción auténtica de las escrituras originales divinas. Y por tanto, quemarlo es una grave ofensa para el creyente musulmán. Mientras en Catar, Estados Unidos negocia discretamente con los talibanes, aquellos contra los que se iniciö esta guerra. Una guerra que conviene poner fin cuanto antes, máxime cuando ya se logró anular a Osama Bin Laden, el que ordenó los atentados del 11-S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario