miércoles, 24 de junio de 2015

Ideología y estrategia

Las recientes declaraciones de Pablo Iglesias sobre el "problema vasco", tal como él prefiere denominarlo, muestran la profunda ideologización de sus planteamientos. Una ideología que arranca de una supuesta deficiencia en la Transición Democrática que habría lastrado todo nuestro reciente pasado. Y que, entre otras cuestiones, dejó sin resolver los contenciosos con Euskadi, Cataluña y Galicia.

Más allá de que la inclusión de ésta última región en el imaginario problemático denota la deuda conceptual con una idolatrada Segunda República, las palabras de Pablo Iglesias muestran una notable carencia, impropia de un planteamiento de izquierdas: la escasa concreción en las personas, que contrasta vivamente con la exagerada abstracción de los pueblos.

Eso en cuanto a la inflexible ideología del líder de Podemos. Ahora, quiero hablar de su estrategia, donde hace gala de igual rigidez. Ya le ha dicho, por activa y por pasiva, al pedigüeño candidato de Izquierda Unidad, que descarta la confluencia con esa formación. Podemos acudirá a las elecciones generales con sus siglas y en solitario, ya que Pablo Iglesias considera que esa es la mejor estrategia para asaltar los cielos.

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