sábado, 6 de enero de 2018

El juicio ha comenzado

La Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo decidió mantener en prisión a Oriol Junqueras. La noticia con ser importante, no era la más relevante. Los medios de comunicación empiezan ahora, con un cierto retraso, a comprender la trascendencia de lo acordado por los jueces del alto tribunal.

Porque lo que ha hecho el Supremo es iniciar el juicio contra los dirigentes independentistas catalanes. De hecho, el auto dictado por los tres magistrados no solo confirma las decisiones del juez Pablo Llarena, referente a la situación procesal de los investigados, sino que entra en el contenido de los delitos de los que se les acusa. Es decir, no solo analiza las formas, sino el contenido.

Los magistrados consideran que existen indicios de que los inculpados cometieron los delitos de rebelión, sedición y malversación, lo que supondrá, si así quedan acreditados, altas condenas de cárcel para Puigdemont, Junqueras y el resto. Respecto al más grave de todos ello, el de rebelión, al que se considera que debe conllevar violencia, los magistrados del más alto tribunal, cuya principal misión es sentar la jurisprudencia del Estado de derecho, asumen que los inculpados incurrieron en ella. 

Así, entienden que el gobierno catalán indujo a ella en aras de alcanzar su objetivo independentista, porque las movilizaciones populares que incitó dieron lugar a comportamientos violentos. Los jueces consideran que había una alta probabilidad de que esas concentraciones acabaran en enfrentamientos. Los inculpados habrían incitado al tumulto ante la evidente finalidad de impedir la aplicación de las leyes por la fuerza. Se saltaron, en suma, el Estado de derecho, haciéndolo desde el ejercicio del poder, lo que explica que no necesitaran utilizar en ese momento la violencia, sino esperando la reacción del propio Estado de derecho.

Así de claro es el Tribunal Supremo, sentando la jurisprudencia sobre el grave delito de rebelión. Un tribunal que de hecho ya ha iniciado el juicio en el que los inculpados afrontan altas penas de cárcel. 

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