miércoles, 17 de enero de 2018

Razonable sesión constitutiva

La sesión constitutiva del nuevo Parlamento catalán ha sido lo suficientemente razonable como para albergar alguna esperanza futura. Tan solo el exsocialista Ernest Maragall, ocasional presidente de la cámara por edad, rompió esa impresión, cuando volvió a la crispación, señalando en un discurso maniqueo, propio de personas poco cultivadas, que España no sabía ganar, sino solo humillar.

Por lo demás, la mayoría en escaños independentistas impuso al nuevo presidente, que, como es sabido, recayó en el miembro de ERC Roger Torrent, quien ha abogado por coser a la fracturada sociedad catalana, lo que ya de por sí es un buen mensaje. Mucha cicatrización se va a necesitar para recomponer la Cataluña rota que hoy en día existe. 

El bloque constitucionalista, mayoritario en votos, que no escaños, no pudo alcanzar la cifra clave de 57 votos alternativos , porque uno de los suyos desvío su voto hacia los comunes, de tal manera que ni siquiera con el apoyo de estos hubiera empatado con el bloque secesionista. Tal hecho, permitirá a los socios de Pablo Iglesias evitar la acusación de que su abstención había vuelto a facilitar las tesis independentistas. Actitud que tampoco debe extrañar, como ha sido habitual en los años del proceso soberanista.


En cualquier caso, ha sido una sesión razonable, con posturas encontradas, propias de una democracia.  Tan solo cabe pedir que los partidos comprendan que, como tal democracia, nunca podrán imponer sus programas máximos y hagan todo lo posible por recomponer la terrible situación que aún padecemos. Todos.

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