Los datos acumulados de los últimos años indican algo innegable: el progresivo deshielo del Océano Ártico. Las razones del mismo, sin estar absolutamente claras, si parece que están relacionadas con el calentamiento global.
Eso respecto a las causas. En cuanto a las consecuenciad, también empezamos a vislumbrarlas. La principal es un mayor acceso humano a esa región hasta ahora absolutamente inhóspita. Esto se traducirá en cambios significativos. Por ejemplo, en Groenlandia, donde ya existen proyectos de extracción minera, gasística y petrolífera. A lo que habrá que añadir la construcción de las infraestructuras necesarias.
El culmen puede alcanzarse cuando el nivel del deshielo permita abrir el legendario paso del noroeste. En ese momento, muchas rutas transoceánicas cambiarán para utilizar esta nueva ruta.
En suma, el dinero parece llegar al Ártico. Y seguro que después llegan los nacionalismos y las tensiones irremediables que conllevan. Una nueva realidad geoestratégica parece a punto de nacer.
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