Independientemente de que el referéndum solo sería legal con la improbable anuencia del Gobierno central, la diferencia entre una formulación y otra es significativa. CiU definitivamente parece no atreverse a poner sobre la mesa la independencia, una opción tan legítima como otras. A cambio, propone que el pueblo catalán pueda determinar su futuro colectivo y abrir un perìodo de transición nacional. Es otra opción también legítima, pero mucho menos clara que la primera. ¿Por qué no nos atrevemos a preguntar clara y sencillamente al pueblo catalán si quiere la independencia?
La claridad es condición esencial en la Democracia.
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