jueves, 11 de octubre de 2012

El espejo escocés




Cataluña se mira en Escocia que en 2014 celebrará un referéndum por su independencia. Los escoceses son poco más de cinco millones de habitantes, dos millones y medio menos que los catalanes. Escocia, un país tradicionalmente pobre, ha visto como cambiaba su suerte con la explotación de petróleo en el Mar del Norte. Cataluña, un país tradicionalmente rico, ha visto como se empobrecía en los últimos años. Escocia goza desde 1997 de una autonomía con un nivel de autogobierno muy limitado. Cataluña disfruta desde 1976 de una autonomía con un poder elevado.

El Reino Unido ha contratacado las intenciones del nacionalismo escocés de alcanzar más cotas de autogobierno, negociando un referéndum por la independencia. Es decir, no ha admitido que haya una consulta en la que los escoceses voten si quieren autodeterminarse y tener más poder, más competencias, más soberanía o más lo que sea. No. Londres ha negociado con los nacionalistas escoceses para que el referéndum sea muy claro. Independencia, sí o no. Sin más.

En cambio, los nacionalistas catalanes pretenden que se convoque un referéndum en la próxima legislatura preguntando a los catalanes si están de acuerdo con el derecho de autodeterminación. Y la respuesta del Gobierno de España es que no permitirá que se celebre dicha consulta.

Esas son las diferencias. Abismales y sin duda mucho más inteligente una que otra.

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