Nacionalismo, pero menos

La ola nacionalista catalana y el previsible incremento en escaños de los partidos nacionalistas vascos en las próximas elecciones, hechos objetivos por sí mismo, no nos debe impedir ver otras cuestiones. La más importante es que estos mismos hechos se ven favorecidos por el desplome del voto de los dos grandes partidos, que desde 1982 han vertebrado España. Un desplome que tiene como causa principal la grave crisis que vivimos y un sentimiento populista de desgaste democrático, a lo que no son ajenos diversos movimientos que tienen la calle como epicentro de su lucha, en vez de las urnas.

En el caso vasco, no es que PNV y EHBildu se disparen y aumenten su porcentaje de voto, sino todo lo contrario, incluso bajan. El problema está en que PSE y PP se desploman. El PNV obtuvo en 2005 con Ibarretxe y su propuesta soberanista, un 38,67%  del voto emitido.  Ahora, según la encuesta del CIS del pasado viernes se quedaría en el 36,2%.  Cuatro años antes, Ibarretxe llegó al 42,72%, en unas elecciones muy reñidas que se caracterizaron por la unidad de Mayor Oreja y Redondo Terreros. Los radicales de Batasuna obtuvieron en el año 1990 sus mejores resultados en unas autónomicas: el 18,11%. Eusko Alkartasuna sacó en aquellos comicios el 11,24%.  La suma de lo que hoy es Euskal Herritarrok Bildu estaría, pues, en el 29,35%. En 1998 fue del 17,69% y el 8,58%, respectivamente. Es decir, bajaron al 26,27 %. Pues bien, ahora , la encuesta del CIS les otorga aún menos: el 25,1%.

Veamos ahora a los partidos constitucionalistas. El PSE obtuvo en las pasadas elecciones al Parlamento Vasco el 30,7%, un porcentaje sobre voto emitido que le ha permitido gobernar, eso sí en minoría, durante la pasada legislatura. Ahora, el CIS le da un magro 17,2%. Un desplome de la casi la mitad de su voto. El PP obtuvo un 14,1% y ahora ve reducido su apoyo al 10,1%.

Por tanto, al menos en el caso vasco, no es que aumente el porcentaje de voto nacionalista, sino que cae el constitucionalista.

¿Y el caso catalán? Aquí, indudablemente, sí parece que hay un aumento del porcentaje nacionalista, pero a la vez hay un desplome del PSC, unido a la indefinición de la que hace gala el partido hermano del PSOE. Tan solo queda por  saber si en las próximas elecciones, aquellas que Mas ha planteado plebiscitariamente, el PP resiste al acoger todo el voto constitucionalista. Veremos.