viernes, 13 de marzo de 2015

Enésima discusión

Las críticas de alcaldes de Convèrgencia Democràtica de Catalunya a Duran Lleida por su tibieza en el proceso independentista han vuelto a poner a la coalición CiU al borde del precipicio. Ni es la primera ni será la última vez que ello ocurra.

Unió Democràtica de Catalunya terminará transigiendo. Por enésima vez. Y ese es el problema que tiene su líder, Duran Lleida. No haber sabido decir no hace mucho tiempo, cuando Artur Mas empezó a deslizarse por el camino soberanista, deslumbrado por el número de congregados en las Diadas.

Un político con sólidas bases conceptuales habría dicho a su socio que no le acompañaría en ese tránsito. Le hubiera recordado que UDC es un partido centenario que nunca había puesto en cuestión la permanencia de Cataluña en España, aunque aspirase a reconvertir el actual nexo de unión en un lazo confederal.

Si Duran, entonces, se hubiera puesto firme, hoy en día UDC tendría futuro. Ahora ya es demasiado tarde, arrastrado por los fascinados por la independencia.

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