martes, 22 de septiembre de 2015

Occidente cambia el paso

Occidente ha cambiado el paso frente al régimen de Bachar el Asad, mientras Rusia ha mantenido sus posiciones sin variar ni un milímetro. Vladimir Putin no ha tenido nunca ningún reparo en apoyar desde el inicio de la guerra civil al sátrapa sirio. En cambio, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido denunciaron las violaciones de derechos humanos perpetrados por el régimen del partido Baaz, que propugna un socialismo laico árabe, pero que se apoya de hecho en la minoría chiíta Alauí para reprimir a la mayoría sunita. En consecuencia, Washington, Londres y París exigieron la destitución de Asad, pero ahora ante el auge logrado por el Ejército Islámico y otras guerrillas islamistas, han cambiado de opinión y empiezan a aceptar que Asad debe continuar al frente del poder en Damasco, al menos durante un cierto tiempo, en aras de propiciar una reconciliación nacional mediante gobiernos de unidad.

Entre una y otra postura se ha producido la mayor ola migratoria vivida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los que llegan a Europa son sirios que huyen de la devastadora guerra que inunda ya gran parte de Oriente Próximo. Dicha conflagración se inició con los ataques norteamericanos a Afganistán, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y se avivó con la invasión estadounidense a Irak para derrocar precisamente a otro régimen baazista.

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