El terrorista que cometió el atentado de Londres se llamaba Adrian Russell y era un británico que se había convertido al Islam. Tal hecho debería ser propagado a los cuatro vientos para dejar en evidencia a la legión de estúpidos que creen que todo se soluciona poniendo muros y fronteras.
No, señores populistas. El criminal que segó el miércoles la vida de cinco personas era un británico. Lingüística y culturalmente inglés. Ningún brexit hubiera impedido lo que hizo. Ninguna medida de aislamiento hubiera evitado el atentado. No.
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