jueves, 12 de abril de 2018

Magnífico

La diputación Foral de Álava y la Provincial de Burgos han acordado una serie de servicios para los ciudadanos del enclave de Treviño, unas dos mil personas, que viven en un territorio que históricamente ha pertenecido a la provincia castellana, pero que está rodeado por la alavesa y muy cercano a Vitoria.

Ese hecho ha condicionado la vida de esos dos millares de personas, sometidos a un fuego cruzado ideológico entre el irredentismo nacionalista vasco y la pretensión conservadora castellana. Especialmente, cruenta en la segunda mitad del siglo pasado, cuando unos radicales exigieron como condición sine qua non la anexión. Me refiero, claro, está, a ETA, emponzoñando como nunca la situación. Hasta el punto de traducirse en una desatención de esos ciudadanos que se ha prolongado hasta ahora y alcanzó su punto más trágico hace tres años cuando una niña de esa corta edad murió de varicela sin la atención médica mínima exigible en el primer mundo.


Ahora, las instituciones han decido firmar la pipa de la paz y establecer mecanismos de coordinación con el loable objetivo de atender a esos vecinos. Olvidarse de los territorios y atender a los ciudadanos. Magnífico. Si seguimos así, algún día alcanzaremos los cielos.

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