lunes, 26 de septiembre de 2016

Dispar incidencia

as elecciones en el País Vasco y Galicia tienen una lectura nacional, que pasa por la dispar incidencia de las formaciones emergentes en los partidos tradicionales situados tanto a la derecha como a la izquierda. Unos comicios relevantes, no solo por tratarse de dos regiones muy diferentes, sino sobre todo por ser las primeras elecciones celebradas tras el fracaso de las investiduras en las dos últimas legislaturas.

Los resultados gallegos y vascos refuerzan a Mariano Rajoy en su intento de formar gobierno. La mayoría absoluta en Galicia para el PP, además de un éxito personal de Alberto Núñez Feijóo, confirma que la estrategia del partido conservador desde el 20 de diciembre pasado ha sido mucho más acertada que la de su principal rival, el PSOE. Éste último incluso ha dejado de ser la segunda fuerza en aquella región, evidenciando que la aparición de las formaciones emergentes ha variado la izquierda en España. Podemos le gana terreno a los socialistas. El anunciado sorpasso, que resultó fallido el 26 de junio, ha terminado ahora por hacerse realidad en la comunidad gallega con la candidatura de En Marea.

La debacle socialista es aún más significativa en Euskadi, donde el PSOE había sido históricamente relevante. Incluso, el gran triunfador de las elecciones vascas, Iñigo Urkullu, no necesita ahora de los socialistas para proseguir con su gobernanza templada. Ahora, dispone de otra posible pareja de baile: el PP, que ha empatado en escaños con el PSE-PSOE. Los socialistas son aquí también superados por Podemos.

Todo ello confluye en una única dirección: la insostenible posición de Pedro Sánchez, quien pese a todo se mantiene enrocado, impasible a lo que sucede. Los resultados en Galicia y el País Vasco confirman la errónea estrategia mantenida por el secretario general del PSOE. El 20 de diciembre eligió la opción equivocada. Por ello perdió cinco escaños y cien mil votos en las elecciones del 26 de junio. Siguió escogiendo mal, aduciendo que los militantes socialistas así lo querían. Ahora, ha quedado claro que no es así entre los electores que tradicionalmente votaban socialista en Galicia y Euskadi.

Sánchez lleva camino de convertir al PSOE en un partido más de la izquierda, perdiendo las opciones de convertirse en alternativa de gobierno, en beneficio precisamente de Podemos. En cambio, en la derecha, el PP ha sabido resistir mejor la irrupción de las formaciones emergentes. Ciudadanos, que no ha logrado entrar ni en el Parlamento vasco ni en el gallego, resta votos al PP a nivel nacional, pero no amenaza su hegemonía. Ese es el resumen de la nueva política surgida tras el 15-J. 

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