El principal partido del país, el PP, inmerso en su enésima crisis debida a la corrupción. Con una Rita Barberá que se niega a dimitir como senadora, pocos días después de que se reabriera el caso Soria y Mariano Rajoy quemara a su ministro Luis de Guindos para ayer recuperarlo.
El segundo partido, el PSOE, envuelto en una crisis sin precedentes sobre la libertad de expresión interna y con el caso de los ERE de nuevo de actualidad. Y el tercero, Podemos, aquel que había aparecido para regenerar la política, solo se ocupa de sus propias luchas intestinas.
¡Vaya panorama!
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