miércoles, 31 de mayo de 2017

Primer error de Macron

Emmanuel Macron, la gran esperanza frente al populismo, ha cometido su primer error desde que llegó a la Presidencia de Francia. En vez de destituir fulminantemente al socialista Richard Ferrand ha aceptado el criterio de su primer ministro, Edouard Philippe, de que sean las urnas las que decidan sobre el futuro del ministro de Administraciones Públicas.

Sobre Ferrand se ciernen graves acusaciones de nepotismo, referidas a su compañera sentimental y a su hijo, al que habría contratado como asesor parlamentario. Philippe ha decidido que sean los electores del distrito bretón en los comicios legislativos por los que Ferrand se presenta el próximo 11 de junio quienes decidan si la actuación de éste es delictiva o no.

Macron en vez de discrepar de tal criterio y ordenar su destitución, acepta algo enormemente perverso y propio del populismo: que la Justicia se vea interferida por la Democracia. Eso es el origen de la demagogia, que por ciento acabó con la más antigua democracia, con la griega, hace dos mil años.

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