jueves, 23 de febrero de 2017

Efecto llamada

Cinco mujeres han sido asesinadas en los últimos cuatro días. Quince desde primeros de año. Ambas cifras suponen un incremento de la mortandad por violencia de género, solo equiparada en número de víctimas a enero y febrero de 2008, cuando se repitió la misma cifra.

Todo ello incide en la importancia de la actuación contra esta lacra social, algo de lo que les hablé ya en el artículo del lunes. Pero hoy quiero incidir en una cuestión ya apuntada entonces, pero poco desarrollada.

Hablo del efecto llamada, nuevamente experimentado desgraciadamente. Cinco muertes desde el lunes pasado indican claramente que éste existe. Y no por negarlo va a desaparecer. Está ahí y aunque presupone una concepción muy negativa del ser humano debemos estudiarlo y no mirar para otro lado. Y menos, despreciarlo por anteojeras ideológicas.

Tal efecto consiste en el incremento de la violencia por la difusión de noticias. Es decir, la difusión de informaciones sobre estos asesinatos incita a otros a cometerlos. Ya se que es muy duro aceptar ésto, porque presupone evidenciar una dimensión gregaria del ser humano, que en definitiva nos iguala con los otros primates. 

Pero, dicho ésto, la reflexión que propongo no supone dejar de informar de tales barbaridades, sino hacerlo de distinta manera. No poniendo el foco en el suceso en sí, en el asesinato, sino incidir más en una labor educativa por la igualdad de sexos. Sólo nos queda recurrir al ideal ilustrado, aquel que presuponía que la instrucción educativa permitiría mejorar a la sociedad humana, separándonos de nuestros orígenes evolutivos. 

Al menos, nos queda esa esperanza.

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