lunes, 13 de febrero de 2017

Una izquierda más dividida

La arrolladora victoria de Pablo Iglesias sobre Íñigo Errejón ha tenido la virtud balsámica de dejar a todos contentos, salvo al propio derrotado y a aquellos que creían cercano en el tiempo la vuelta de la izquierda a la Moncloa. Porque el gran triunfador de Vistalegre II es Mariano Rajoy. Sí ese político, frecuentemente menospreciado por indolente y refractario a la intelectualidad, pero que lleva camino de ser el líder de la derecha que más tiempo esté en el poder desde la restauración democrática. La consolidación de Ciudadanos solo le ha obligado a ser más dialogante.

Rajoy ha debido recibir con alborozo, no ya su descontada reelección al frente del PP, sino comprobar que el proceso de división de la izquierda avanza, consolidándose un fuerte liderazgo en una de las formaciones que hoy en día la representan. Además, el presidente del PP podrá volver a recurrir en los próximos comicios al miedo a una izquierda radical, que tanto éxito le dio en las últimas elecciones.

También el PSOE, o al menos el socialismo más identificado con la tradición del partido, no tanto Pedro Sánchez, se habrá regocijado este fin de semana. La opción de Errejón achicaba su espacio electoral, amenazando con consolidar el sorpasso. En cambio, un extremista Pablo Iglesias, deja muchas más opciones a los dos candidatos del aparato: a Susana Díaz y a Patxi López. Todas las que resta a Pedro Sánchez, a quien los hechos impelen a aceptar ser el mero mozo de espadas de Iglesias.

En cualquier caso, tras este fin de semana, la izquierda está mucho más lejos de alcanzar una mayoría social cohesionada que le permita volver al poder. Dos formaciones, con similar peso, se disputan encabezar el asalto a la Moncloa, donde la derecha se ha hecho fuerte, cediendo un mínimo protagonismo a otro partido, Ciudadanos, que no llega ni de lejos a la fortaleza del PP.

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