martes, 21 de febrero de 2017

Hambruna

Cien mil personas corren el riesgo en Sudán del Sur de morir por hambre. Seguro, que cuando han visto el nombre del país africano han tenido la tentación de dejar de leer este artículo. Les pìdo que no lo hagan, porque hasta de esos remotos confines se puede extraer sabiduría.

La alarma la ha dado la ONU, advirtiendo de la hambruna existente en ese mísero país, la primera que declara desde hace seis años. Dato ya de por sí relevante. Me refiero al hecho de que durante los últimos seis años, hayamos conseguido que en el Planeta no haya un hambre generalizado en ninguno de sus confines. Ahora, desgraciadamente, tenemos que en Sudán del Sur, la gente muere de inanición. Sigan leyendo, por favor, aunque se trate de Sudán del Sur.

La razón de que en Sudán del Sur haya esa hambruna, que puede afectar en breve a otro millón más de personas, es una guerra. ¿Y esa conflagración a qué se debe? No dejen de leer, que la cosa se empieza a poner interesante.

A un enfrentamiento entre dos etnias, en concreto los dinka y los nuer, que llevan tres años ya de conflicto armado. No, no piensen que este artículo ya nos le va a aportar más, que se trata en definitiva de un problema alejado, en concreto del despreciado continente negro. En Europa, hace setenta años nos matábamos por la evolución superior de ese mismo problema, por el nacionalismo. Y puede que, desgraciadamente, no estemos demasiado lejos en el presente de repetir tal infamia, si atendemos a la resurrección nacionalista que recorre nuestro viejo continente.

¿A que ya les apetece más seguir con la lectura? Pues no lo dejen, porque lo más interesante está aún por llegar.

Esa guerra interétnica se desató cuando Sudán del Sur se proclamó independiente. Sí de Sudán. Y lo hizo azuzada por Estados Unidos, que pretendía así castigar al hoy vecino norteño, un país como se sabe musulmán con ciertos brotes yihadistas, aunque el verdadero motivo eran las enormes reservas petrolíferas que atesora el sur.

Bien, seguro que ya a estas alturas les gusta el artículo. Pero, todavía queda lo mejor. 

Así que Estados Unidos orquestó una campaña para reconocer a Sudán del Sur, que ni siquiera se diferencia en el nombre de su antigua metrópoli y que fue secundada por toda la comunidad internacional, obediente a los dictados de Washington. Ya en 1918, Estados Unidos proclamó el mundo de las naciones y sobre las ruinas de la Primera Guerra Mundial alentó el derecho de autodeterminación de todos los pueblos. Veinte años después, el mundo asistió a su mayor destrucción: la Segunda Guerra Mundial.

Y para sancionar la independencia de Sudán del Sur organizó un referéndum ad hoc, que sin ninguna duda consagró la soberanía del nuevo país. Un 98,83% de su población votó por la separación. Desde el plebiscito de la unidad italiana en el siglo XIX, considerado el más fraudulento de la Historia, pocos han sido los referenda fracasados en un clima de exaltación nacionalista. Y este tampoco lo fue. Precisamente hoy, el sociólogo y exministro José María Maravall califica al referéndum como un instrumento político manipulable donde los haya. 

El de Sudán del Sur fue hace seis años. Desde entonces se han sucedido las desgracias en aquel país, entre ellas una guerra y ahora una hambruna.

¿Ven, por qué les decía que terminaran de leer?

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