martes, 13 de junio de 2017

Autoritarios

En menos de 24 horas, la corriente más izquierdista de las que cohabitan en Podemos ha coincidido con los nacionalistas independentistas catalanes, tachando al Estado español de autoritario. Si el domingo, fueron las asociaciones privadas que organizaron el acto de Barcelona, contando como portavoz a un entrenador de fútbol, ayer fue Anticapitalistas, corriente de Podemos, quien se sumó a esa consideración para argumentar la licitud del referéndum unilateral que una minoría de diputados regionales quieren imponer en Cataluña.

Se escenifica así ese extraño maridaje entre el nacionalismo y la izquierda que se hace presente en demasiadas ocasiones en nuestro país, o en el Estado, como prefieren decir ellos, como el caso de Herri Batasuna, o Unidad Popular, acredita. También en otros, como el caso de Alemania recuerda, donde se asistió al ascenso imparable de los nazis, de los socialistas nacionalistas. 

Ante ello caben dos consideraciones. La primera, es que no toda la izquierda ha tenido estos problemas. Es más históricamente, la izquierda fue en origen internacionalista, denostando a los nacionalistas como burgueses, que en realidad es lo que son. Pero, ante la necesidad de superar en votos a la derecha, es verdad que la izquierda se ha visto tentada a unirse a los nacionalistas. Ya pasó durante la Segunda República y sigue pasando hoy. La última vez con la tentación de Pedro. Sí, la de Pedro Sánchez cuando tras volver a ser derrotado en las elecciones de junio de 2016, atisbó que podía echar a Rajoy uniendo sus votos a los independentistas. Por el contrario, los verdaderos izquierdistas, o al menos los clásicos de esa ideología, han formado sólidas mayorías aglutinando el voto progresista, sin dejarse llevar por los cantos de sirena.

Y la segunda es que el Estado debe rearmarse conceptualmente y no admitir que se le tache de autoritario, reivindicando que España es un Estado de Derecho y democrático, tal como avala nuestra pertenencia a la Unión Europea. Y que los autoritarios son ellos. Si esos nacionalistas y esos anticapitalistas vieran sus sueños convertidos en realidad, impondrían un régimen terrible donde nadie podría discrepar de sus delirios.

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