miércoles, 21 de junio de 2017

Construir Europa

Angela Merkel va desgranando su plan de liderazgo de la nueva Unión Europea, aquella que se construirá tras la defección del Reino Unido.Y lo va haciendo buscando las complicidades de los sectores políticos y sociales alemanes. Si hace un mes, fue en Baviera, ante sus colegas socialcristianos, donde advirtió que Estados Unidos ya no era un socio fiable, ahora ha sido ante el empresariado alemán en Berlín.

La dirigente pidió el apoyo de éstos a medidas futuras, como la creación de un presupuesto europeo y el cargo de un ministro de finanzas de la Unión. Planteamientos que auguran un avance en la construcción europea, aunque demasiado limitado a sus aspectos económicos, lo habitual en la Unión Europea y que ha sido criticado, especialmente desde que en 2008 se desató la principal crisis económica sufrida en el seno comunitario.

Tal crítica, independientemente de que la crisis haya quedado paliada, debería movilizar a los partidos que se dicen de izquierdas en pos de la construcción de una Europa no exclusivamente mercantil, reforzando las cuestiones sociales y culturales, en aras de una identidad común europea.

Por eso no se entiende que el nuevo PSOE dirigido por Pedro Sánchez se deje llevar por el populismo y amenace ahora con votar en contra del tratado de libre comercio con Canadá, negociado por Bruselas. En un momento, en el que la Unión Europea recibe el desdén de los Estados Unidos de Donald Trump y del Reino Unido plebiscitario, no es muy inteligente socavar otra de las pocas opciones transatlánticas existentes, la que encarna Canadá.

El futuro no es parcelar, proteger y construir nuevas barreras y fronteras. Eso hacen los populistas de toda laya que crecen como hongos. En cambio, una Unión Europea fuerte con socios comerciales potentes por todo el Planeta presenta unas perspectivas mucho más halagüeñas.

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