lunes, 12 de junio de 2017

Estado autoritario

De esa manera, fue calificado el ordenamiento legal español por los convocantes de la concentración independentista de Barcelona y como tal fue tachado en el manifiesto leído al final del acto por el mediático Pep Guardiola.

Al evento asistió el mismísimo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, aunque fuese convocado por organizaciones privadas. En concreto por la Asamblea Nacional Catalana, Omnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia, que pese a los pomposos nombres de la primera y de la última son meras entidades particulares.

Organizaciones que disfrutan, eso sí, de apoyo social y que disponen de personalidades públicas con ascendente popular para publicitar sus mensajes. Es el caso del actual entrenador del Manchester City y ex del Barcelona, cuya popularidad, cimentada por lo último, no por lo primero, ayudará a difundir el contenido del manifiesto hecho público.

Precisamente por eso, conviene aclarar que pese a Puigdemont, la Asamblea Nacional Catalana e incluso Guardiola, España no es un Estado autoritario. Así lo entiende la Unión Europea, el club democrático más exquisito de los existentes en el mundo, donde ser socio de tan reservado colectivo exige ser un Estado de Derecho, lo contrario a autoritario. 

De tal manera que en España es obligado cumplir las leyes. Y, por tanto, en Cataluña, también, pese a que algunos de los que ayer jaleaban dicho manifiesto quisieran que no fuera así, para imponer sus voluntades. Porque es tan desmedido su anhelo que desgraciadamente pueden terminar incurriendo en..., sí, en el autoritarismo.






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