jueves, 20 de julio de 2017

A cara descubierta

En el mundo posmoderno en el que vivimos, los presupuestos del idealismo absoluto, aquel que hace del subjetivismo su santo y seña, inciden en la importancia de la imagen, incluso por encima de los hechos. Viene esto a cuento, ante la entrada de la Guardia Civil hoy en el Palau de la Generalitat y en la sede del Parlamento catalán.
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Los hechos son muy claros: los agentes en cumplimiento de una orden judicial han efectuado sendos registros en busca de material inculpatorio en el caso de corrupción conocido como el del 3 por ciento. Por tanto nada que ver con el denominado proceso soberanista.

Pese a ello, los independentistas intentarán ligar ambas cosas, presentando la entrada de la Guardia Civil como un nuevo ataque a la soberanía catalana. Por ello, no estaría de más cuidar la imagen. Y hoy ver a esos guardias embozados y con ropas de sport no ayuda. Con la cara descubierta y con un mayor formalismo en el vestir, sin tampoco tener que recurrir al uniforme, hubieran hecho un mejor servicio. 

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