sábado, 1 de julio de 2017

Habaneras de Palafrugell



Este fin de semana se celebra en Calella de Palafrugell un festival de habaneras de los más renombrados. Durante estos días, en un escenario levantado en la playa y con un bello fondo marítimo, esas canciones con fuerte sabor americano se cantan en la localidad de la Costa Brava, con un éxito indudable de público, que las tararea con plena devoción.

Por supuesto, que muchas de ellas son cantadas, obviamente, en castellano. A travës de sus sones se revela una conexión cultural con lo hispanoamericano, que refleja la importancia que en los siglos XIX y XX tuvo el comercio catalán con el continente americano y en concreto con la última joya del imperio español, con Cuba. La figura del indiano, del emigrante vuelto a España tras enriquecerse en América, también está presente en muchos de estos pueblos de la Costa Brava catalana, lo que evidencian las bellas casas levantadas, mostrando una vez más un pasado de intensas relaciones y de conformación española.

El festival de habaneras de Calella de Palafrugell es una demostración de ello, que algunos quieren negar, pero al que los gustos de la verdadera sociedad civil se niega a olvidar.

Dicen, con razón, que es de pueblos inteligentes no olvidar su pasado. Y mucho menos renegar de él. También de sus idiomas, partiendo de la premisa de que el bilingüismo es riqueza.  ¿Por qué un catalán no puede sentirse integrado en una comunidad cuyo vehículo comunicativo puede ser ese castellano con el que disfruta cantando sus habaneras, como hicieron antes que él sus antecesores, independientemente de que entienda la lengua catalana como su instrumento principal identitario?

Las identidades múltiples no solo son más completas. También menos castrantes y mucho menos totalitarias. Ese es el futuro del mundo. Como ponen de relieve las miles de gargantas que este fin de semana disfrutan en Calella de la diversidad. Bendita sea.

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