martes, 11 de julio de 2017

Ridículo ante el referéndum

El ridículo que las formaciones de la órbita de Podemos están haciendo con respecto al referéndum que pretende imponer la Generalitat el 1 de octubre en Cataluña, parece inagotable. Hay unos, como la federación orgánica de Podemos en aquella comunidad, que anima a participar en la consulta y le otorga todas las garantías plebiscitarias, extremo este último que no respalda el propio secretario general de la formación, Pablo Iglesias. En cambio, los socios de Podemos, Catalunya en Comú, liderado por Xavier Domènech, solo considera la consulta prevista como una manifestación más del defendido derecho de autodeterminación. Sin embargo, el activo político más relevante de los citados comunes, Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, va más allá y anuncia que el ayuntamiento de la ciudad condal dará todas las facilidades para el referéndum.

Tal galimatías solo puede pasar factura a la nueva izquierda, aunque haya analistas que lo consideran calculado para lograr hacerse con más votos en las inevitables nuevas elecciones que se celebrarán tras el fallido 1 de octubre.

Veremos. El único precedente existente fue la posición de la izquierda clásica, la representada por el PSC, que en el anterior proceso refrendario, el de 2014, sufrió lo indecible por no adoptar una posición clara frente al demagógico derecho a decidir y condenó a los socialistas a unos resultados desastrosos en los siguientes comicios.

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